Descripción
Maite es una adolescente, a quien le arrebataron su pureza. Ella no se encontraba en la calle a horas “peligrosas” ni vestía con una minifalda que ponga en “tela de juicio sus valores”. El agresor no fue un desconocido («X») para Maite. Fue aquel que le contaba cuentos para dormir, evidenciando un claro deseo de verla callada y dormida. Además, era la misma persona que se tiraba al suelo para jugar con ella cuando aún llevaba su listón rosado.
Maite, después de la agresión de la que fue víctima, cambió su vestido favorito de rayas que marcaba su seguridad por un pijama holgado. Su mente se enredó en un caos, se enfrentó al mundo y, en particular, a su madre, sin percatarse de que la separación que estableció entre su madre y ella beneficiaba principalmente al perpetrador. Una tarde, por insistencia de su madre, Maite salió de su habitación para acompañarla a hacer cuentas. El cansancio de las noches que llevaba sin dormir hizo que Maite se quedara dormida en el sillón. Su madre la despertó de un tirón de la pesadilla que estaba teniendo, marcando así el comienzo de todo lo que mi valiente Maite tuvo que enfrentar a sus cortos 12 años.
