Descripción

Neptalí Carpio reconoce bien las sucesivas escalas de gobierno y gestión que requiere una entidad urbana de esa envergadura y complejidad: (i) la escala de toda la aglomeración urbana, que incluye a la provincias de Lima y Callao, y que él define como nivel regional; (ii) la escala de las áreas diferenciadas que componen esa gran aglomeración; una es indudablemente la provincia del Callao, pero en la propia provincia de Lima, como ya se ha planteado en múltiples análisis y propuestas precedentes, se reconocen las llamadas “Limas”: norte, este, sur, central, con sus diversas variantes; y (iii) la escala distrital. Neptalí también identifica la escala de internacionalización de la ciudad y la escala por ecosistemas (cuencas, playas, lomas, humedales y otros).
Más allá de estas últimas, ciñéndome a las escalas territoriales sucesivas involucradas en el espacio metropolitano, me permitiría agregar: (iv) la escala de la región de interrelación inmediata con la aglomeración metropolitana, representada como mínimo por el departamento de Lima (en realidad trasciende a partes de los departamentos de Ica y Junín), a la que el autor reconoce como contexto y como ámbito de planeamiento coordinado (aunque por la densidad de sus interrelaciones e impactos recíprocos entre la ciudad y su espacio regional, probablemente se requiera más que solo coordinación y planeamiento); y (v) la escala barrial que, aunque puede representar muy distintos tipos de realidades urbanas, es indispensable para visibilizar que los distritos también encierran sus propios espacios diferenciados, identificados con lo más cotidiano de la vida de las personas y las comunidades urbanas.