Descripción

Hoy, he despertado amando mis literaturas, tengo una sonrisa en el rostro, hay un aroma de versos en mi entorno. He puesto un poco de jazz para acompañar la mañana, cojo el diario que dejé en el velador. Sé que en alguna parte del corazón me dolía, ya ni recuerdo dónde; sé que apunté cada dolor en un libro, imagino que es en este diario, “Inexorable recuerdos de un amor inefable”, ya recuerdo porqué le puse ese nombre, pues fue inevitable sacar tantos recuerdos sin poesía, fue difícil borrar de mis memorias, lo que en palabras no podía ser explicado.
Y lo reconozco, he escrito por amor, por pena, por angustia y por olvido, he dejado el corazón en cada verso, y he dicho mucho sin mencionar más de lo debido, me siento a leer cada poema, y reconozco que antes, solo había penas y amarguras, ahora solo agradezco y me río, recuerdo esas vivencias, ¡me he olvidado de tanto!
Con cada verso he saturado mis heridas, y me recuerda, dónde debo no tocar, para que no duela y pueda sanar el corazón. Al final, me quedo con las experiencias, despliego una sonrisa, y suspiro.
El amor es una guerra, la cual siempre deja heridos, y recuerdo cada batalla, sé cuánto se puede llegar amar, y sin importar cuándo y dónde, siempre estamos dispuestos al amor.
Y el olvido, es parte de este proceso, entre párrafos dejo tanto, suelto mucho, y tengo el corazón tranquilo, por ese gozo, de olvidar con amor.
Y el amor, el amor siempre será la cura, medicina para el alma, como cada fragmento, de poesía, que se desbordan de mi ser, y me regocijan de paz.