Con Las tres malditas campanadas y otros relatos, Elizabeth Monopoli incursiona con eficacia en un género especialmente difícil: el terror. En esta opera prima de su narrativa, nos presenta relatos estremecedores surgidos de una dotada imaginación. Los personajes se enfrentan o interactúan con seres sobrenaturales, o bien lidian con recuerdos que no cesan de azotar sus mentes y de condicionar su vida. Este es el caso, por ejemplo, del relato que da nombre al libro, con un protagonista atormentado por el abandono. En El portal de Desiderium, en cambio, la autora nos ofrece su versión del mito fáustico, marcada, en esta ocasión, por el tema de las relaciones de pareja y la pretensión que tiene el protagonista de construir su felicidad sobre la base de un pacto espeluznante que intenta eludir. Pero la mayor audacia de Elizabeth Monopoli reside en Reino sangriento, donde, a partir del legado literario de Bram Stoker, revive a Drácula, no solo como vampiro, sino también en su naturaleza de monarca, de soberano —como lo fue efectivamente Vlad el Empalador— que aspira a establecer un nuevo reino. En suma, tenemos aquí un libro que no dejará insatisfecho ni a los aficionados al género del terror ni al lector en general.
Oscar Carrasco